martes, 27 de enero de 2009

Un byte, un mundo

Hace aproximadamente más de 20 años en Estados Unidos eran, en ese entonces, escépticos ante el poder de los videojuegos, mientras que en Japón avanzaban a una velocidad imparable siempre estando concientes en la gran industria que representaría en el futuro.
Ahora, ya nadie subestima este mundo repleto de posibilidades para crear, siendo tan rentable como la industria del cine, convirtiéndose en un asunto bastante serio para mucha gente, como estilo de vida y como forma de trabajo.

Por eso, ya existen varias categorías de video jugadores para separar creo yo, a los que de verdad les importa. Está el jugador casual que disfruta de los videojuegos pero si acaso jugará de vez en cuando y le daría lo mismo llegar o no al último nivel de algún juego, luego le sigue el casiGamer que es aquél que conoce de juegos, uno que otro dato técnico y aunque juega con frecuencia, le alcanza el tiempo para hacer otras cosas con su vida, después tenemos al Gamer que sabe mucho, pero mucho de juegos: datos técnicos, año de lanzamiento, copias vendidas, áreas secretas, todos los bugs, curiosidades y fenómenos sociales que giran en torno a ellos, a veces su prioridad puede llegar a ser completar algún título y es raro que tengan novia pero no imposible (y si la tiene es una Gamer también). En último lugar tenemos al HardcoreGamer que entra en un estado de shock y anula sus demás funciones para literalmente morir de inanición jugando al World of Warcraft.

Se ha debatido bastante acerca de la adicción que generan los videojuegos, ¿hace que los jóvenes se conviertan en ludópatas?, el hombre se puede volver adicto a casi cualquier cosa que estimule sus sentidos, un problema evidente sería el sedentarismo, no como para tomárselo a pecho y correr diez kilómetros cada mañana (bueno, hay quien lo hace) pero si para intentar caminar con frecuencia grandes recorridos sin saltarle encima a las tortugas.
Como toda industria también tiene sus detractores, no todos simpatizan con este mundo ni le ven la gracia a adoptar el papel de “algo” virtual, “el bazuco electrónico” dicen, uno de los grandes males de la sociedad moderna fomentando la violencia y lo bélico (démosle gracias al GTA por crear más prejuicios y ser el que clavó el puñal, para ser honesto no me gustaba para nada ver a los niños jugando a ser el gangster del barrio) y en cambio otros dicen: “de jóvenes no teníamos tantas cosas con que entretenernos u ocupar el tiempo, hay que aprovechar esa condición” y de hecho sí, muchos de los programadores independientes se esmeran por mejorar gran parte de los beneficios didácticos que pueden traernos los juegos de video, disponiendo de la tecnología para hacer la vida más fácil, obviamente como debería ser.

En definitiva muchos saben que este gran mundo tiene demasiado que ofrecer, podemos admirar el arte, el concepto y detalle con que algunos son elaborados, la experiencia puede llegar a ser tan gratificante como ver una buena película o leer un buen libro y al final, en mi caso, son una de las cosas que encuentro impresionantes, pero…muchas veces me canso y prefiero seguir haciendo garabatos o cualquier otra cosa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo no se en que categoria estoy por que siempre termino haciendo trampa en todos los juegos

Alejodata dijo...

uno muy inteligente.....pero a la vez un anti-gamer