miércoles, 27 de enero de 2010

La ruta de la reflexión


A veces me pregunto si uno tendría la posibilidad de llenarse de dinero hasta las pelotas escribiendo nimiedades (como este blog) al igual que Coelho y publicar libritos de auto-ayuda que le indiquen a la gente cómo conseguir más plata, más amigos, más mujeres y hasta consejos útiles de cómo ser una figura pública. Pero ya libres de toda esa lectura de supermercado que tiene el mismo valor de esos “power point’s alegres”, no alcanzamos a darnos cuenta de que nos complicamos por todo y siempre estamos ante la eterna batalla contra el mundo y nos disponemos a renegar por cualquier cosa.
Pero eso sí, no podemos pasarnos de optimistas, no hay nada peor que un consejo optimista en el momento más inadecuado, a las personas optimistas siempre se les critica, “los optimistas son personas sin experiencia”.
Sin embargo cualquiera puede tener su momento Zen, en cualquier situación y en cualquier lugar, como por ejemplo en un bus, sí, por más extraño que parezca; en un bus pueden pasar demasiadas cosas, viajar en un bus puede llegar a ser toda una aventura. Lo primero es elegir el puesto adecuado, eso si lo hay, lo ideal sería sentarse en la penúltima silla del lado del conductor, luego de que tengamos bien posicionado el culiambre en el asiento debemos asumir una actitud de observadores, pero ojo, sin llegar a ser indiferentes. Si tenemos suerte dejarán subir a algún confitero que va a ser el que nos suministre algo de comer para el viaje (recomiendo unas chocolatinas que se llaman cañonazo). Un aspecto muy importante es el llevar consigo un reproductor de música, un ipod, un mp4, un radio, un walkman, en fin, a no ser de que no te moleste la música que elige el conductor, pero por lo general tienen muy mal gusto (no tengo nada en contra de los que escuchan a Jhony Rivera y al tal Celedón).
A medida que el bus avanza se irán subiendo cada vez más personas, algunos aunque no los conozcas te saludarán, no te asustes y saluda también, si alguien se sienta a tu lado y quiere hablarte escucha lo que tiene que decir, por más incoherente que te parezca, tal vez sólo quieren que los escuches. Adelante hay una chica que te sonríe y vos te preguntas si la cosa realmente es contigo, sonríe también, hay gente que afirma haber conocido al “amor de su vida” en un bus.
¿No dispones de tiempo para asistir a un concierto? No te preocupes, en un bus hay variadas presentaciones ¡y gratis!, rap callejero, conjuntos tropicales, mariachis, música de la región y hasta versiones acústicas de the cure hacen parte del repertorio de artistas rebuscadores, sacrifica esa moneda que tenías para el chicle y colabora con la escena.
Siempre es probable que delante de ti se siente alguna madre y sus dos hijos, observa lo alegres que están, ignorando el afán de casi todos (incluyéndote) por llegar a su destino y los madrazos mentales al chofer porque no va más rápido.

Pueden presentarse algunas dificultades, para cuando el bus esté lleno y ya no hallan puestos ¡jueputa se subió una viejita!, y esa cultura metro muy dentro de vos quiere salirse y demostrar lo buena persona que eres, la señora agradecida toma tu lugar y te vas preparando para afrontar el resto de trayecto de pie. Hay algunos buses diseñados para personas de dos metros y vos con tu altura de uno con setenta y algo con dificultad te aferras a la baranda, en esa incómoda posición sería bueno hacer unas cuantas barras para matar el sedentarismo pero lo enclenque no te lo permite, bueno, por lo menos tienes tu música ¡mierda se acabó la batería!.
Un consejo infaltable es que evites como puedas las horas picos, si tienes donde quedarte o donde pasar el tiempo, espera al menos una hora para que no te la veas con el hacinamiento y sus molestias, si tienes elección, escoge la ruta menos concurrida.
Si después de media hora o hasta más, llegas a tu casa y no has quedado satisfecho, repite lo anterior al día siguiente (igual lo tendrás que hacer), se requiere más de un viaje para comprender las complejidades del transporte público, el arte de reflexionar en los buses es una ciencia exacta y exige mucha práctica.

Conclusión: no hay nada como viajar… sentado

5 comentarios:

Anónimo dijo...

así o más autista

Alejodata dijo...

y eso que no tengo twitter

AlejandraMarìaV dijo...

Sòlo en esas ciudades se ven repertorios de The Cure en un bus...Genial, Alejo!

(El culiambre està espectacular ahì :D Me gusta!)

AlejandraMarìaV dijo...

Ah! Otra cosa...Si es posible conseguir pareja en internet...Por què no en un bus? Màs sabroso! Cuy, saboorrr!

Alejodata dijo...

jajaja sólo esperaba haber utilizado bien esa palabra (espero verte en la ruta)